De verdad que quien me iba a decir a mí, cuando di mi primera conferencia sobre felicidad laboral, en Junio de 2012, casi por casualidad, ya que no encontraron ningún especialista en felicidad y entonces me ofrecí para dar la conferencia contando mi historia de cómo durante 5.000 días he ido contengo y feliz a trabajar ( incluso cuando pierde el Atlético de Madrid), todo lo que ha ocurrido desde entonces:

He impartido más de 200 conferencias y talleres de felicidad laboral en seis países,  escrito dos libros de felicidad (“¡Por fin es Lunes! Amo trabajar” y “El menú de la felicidad”, y un tercero a punto de publicar “ Empresas Felices” , creado una startup de tecnología para la felicidad, asesorado a más de diez organizaciones para que pasen de un plan de bienestar a un plan de felicidad en el trabajo y sobre todo he  podido impactar en miles de personas para hacerles ver que la felicidad laboral depende de ellos y no de tener el trabajo ideal.

He conocido muchas  empresas y organizaciones de todos los tamaños, sectores, públicas y privadas donde he podido contarles, que al menos para mí,  el SECRETO ESTA LA FELICIDAD DE LOS EQUIPOS. La felicidad de los clientes, de los accionistas, de la comunidad y de los proveedores es una consecuencia que se da, si nuestros colaboradores están felices. Y cuanto más felices estén ellos y sus familias,  más contentos estarán nuestros clientes. Ahora de lo que se trata es de que amplifiquemos este secreto y lleguemos a más CEOS, Presidentes, Directores Generales, Propietarios, Directivos,  para convencerles y que pierdan el miedo en dar un paso al frente y se pongan a liderar a sus equipos desde la FELICIDAD.

Y para convencer a los seres humanos necesitamos argumentos. Estamos en el año 17 del siglo XXI y todavía hay muchas personas que dirigen organizaciones y empresas que creen que esto de la felicidad laboral es una moda y que las organizaciones funcionan como siempre han funcionado. He podido conversar con directores de recursos humanos (que poco me gusta este nombre de recursos) mejor escribir que he hablado con muchos Líderes de gestión humana y todos te piden que les demos argumentos para convencer a sus respectivos jefes para meterse de lleno en Planes de Felicidad Laboral.

Y de verdad que otra cosa no habrá pero argumentos para ESCÉPTICOS tenemos muchos. Pero me gustaría proponerte algo diferente, que creo que le puede dar más fuerza que el mostrar datos, que normalmente tocan la mente, pero no el corazón de las personas que es lo que realmente nos lleva a cambiar.

Así que para convencer a tu jefe o si eres el jefe para que lo puedas poner en práctica, en vez de decirle que con un Plan de Felicidad en el Trabajo vamos a reducir la rotación voluntaria hasta un 51%, que van a bajar las bajas e incapacidades médicas más de la mitad, que vamos a atraer y a retener talento, que la productividad va a subir más de un 20%, que vamos a ser más innovadores en un 100% y que las ventas crecerán y el Etbida y casi todos los resultados financieros van a mejorar. Los datos que acabas de leer los puedes contrastar rápidamente si consultas San Google y buscas estudios sobre productividad y felicidad. Estos datos están muy bien, pero son racionales y  por experiencia sabemos que aunque los datos sean como para poner en marcha urgentemente un plan de felicidad en el trabajo, la mayoría de las veces, no conseguimos nuestro objetivo de convencerles.

Esta vez queridos amigos haremos algo diferente. Queremos que vivan en su propia carne la experiencia de ser felices que el estado emocional de sus colaboradores está directamente relacionado con su capacidad de realizar y abordar tareas y que la felicidad se contagia. Para ello, te propongo que le propongas a tu CEO, Director General, Presidente o Propietario o a cualquier directivo de tu organización,  un RETO de tres semanas, en las que tiene que hacer lo siguiente:

Cuando se despierte por la mañana lo primero que debe de hacer es sonreír mirando  al techo de la habitación donde este.

Si es supersticioso que se levante con el pie derecho, pero con el pensamiento de que “HOY VA A SER UN GRAN DÍA”. Y los que se levanten con el pie izquierdo también deben de pensarlo.

También dile que cuando salga a la calle, le regale una sonrisa a la primera persona que se le cruce por el camino.