Employer branding y su impacto en los resultados de la empresa

Introducción

Pongámonos que está usted recorriendo el lineal de productos básicos de su supermercado de barrio, ese al que va cuando le ha pillado el tiempo y no ha podido hacer la compra grande en una gran superficie. Pongámonos con que se encuentra ante el angustioso momento de tener que decidir entre cuatro o cinco productos, muy similares y salvo grandes promociones en periodos concretos, con precios similares, o al menos, que no hacen inclinar la balanza de sus decisiones de compra hacia uno en concreto. Es en estos momentos cuando entra en juego la reputación de la marca en cuestión, ese anuncio que le viene a la cabeza que vio la noche anterior mientras esperaba su serie favorita, o ese comentario que ha escuchado a los compañeros de la oficina en la pausa del café.

Esa reputación, ese comentario, esa imagen visual será la que esta vez sí, haga inclinarse la balanza hacia un producto en concreto, y a veces, ni siquiera va a ser el más barato del lineal, ni siquiera el de mayor calidad, pero esa figura de reputación que usted tiene creada en su cabeza hará que elija el producto en cuestión.

Pues bien, pongámonos ahora que voy a seguir sin tratarle de usted, no por falta de respecto, sino porque quiero crear un ambiente de cercanía contigo querido lector que has llegado a este punto del artículo. Y ya puestos, abre tu mente y piensa que en lugar de un producto estamos hablando de una marca… y puestos a rizar el rizo, una marca que no tiene nada que ver con un producto de consumo, o no al menos en un primer momento.

Salimos del supermercado y nos ponemos en la piel del profesional que está buscando un proyecto laboral motivador para desarrollar su talento, nos ponemos en la piel del departamento de selección de una organización que necesita atraer talento a la empresa y precisa, por tanto, que el profesional conozca la compañía, pero no desde la óptica comercial, sino desde la óptica de la reputación de la organización como marca empleadora (employer branding), y eso amigos míos, no se construye de la noche a la mañana.

Qué es el Employer Branding

Marca empleadora o marca de empleado son distintas maneras de hablar y medir la reputación que pueda tener una organización desde el punto de vista de un profesional que quiera trabajar con nosotros. Y eso no es cosa de la casualidad, ni de la improvisación, sino que implica un cambio de mentalidad en la organización, un cambio de cultura organizativa, que nos haga ver a las personas de la organización, como lo que son y no como meros recursos productivos.

Hoy en día los beneficios del employer branding son bien claros, llegando en ocasiones a anteponer una oferta en una compañía con una buena marca empleadora frente a una oferta económica o incremento salarial por parte de una empresa que no tenga tan buena reputación como empleadora.

Y es que únicamente las organizaciones que pongan al empleado en el centro y se esfuercen por involucrarlo en el día a día de la empresa y logren empoderarlo en su transformación digital, conseguirán posicionarse y ser competitivas en los nuevos entornos que nos están tocando vivir.

Hay una serie de comportamientos y técnicas que bien aplicadas en la empresa, harán que conectemos directamente con las personas de la organización, y que, por extensión, terminarán traduciéndose en la cuenta de resultados de la empresa. Por explicarlo en pocas palabras, todas aquellas cuestiones que hacen que la vida del empleado en nuestra organización sea lo más satisfactoria y menos traumática posible, harán que se refuerce nuestra employee branding: un buen proceso de acogida, un buen plan de mentoring o incorporación al puesto de trabajo, planes de carrera e itinerarios de formación para fomentar el desarrollo interno, la creación de un clima laboral innovador y motivante, e incluso una buena gestión del momento de desvinculación con la organización, son imprescindibles a lo largo de la vida del empleado en nuestra organización.

Impacto en los resultados económicos de la empresa

Dedicar parte de nuestro esfuerzo inversor en mejorar nuestro employee branding va a suponer construirnos una importante ventaja competitiva en lo que respecta a nuestra captación de talento. Pero esto no va a ser suficiente sino analizamos en conjunto los resultados económicos que pueda aportar a la empresa, el conocido retorno de inversión o ROI. Los beneficios de contar con una buena marca empleadora, por tanto, no sólo van a afectar a las personas de la organización, sino que se van a trasladar a los resultados económicos de la empresa de la siguiente manera:

  1. Costes de la contratación. Todos sabemos los costes que lleva implícitos un buen proceso de selección hasta que se consigue cubrir un puesto vacante, por tanto, si podemos disminuir dichos costes contando con una buena marca empleadora, aprovechemos la ocasión.
  2. Tiempo del proceso de selección. Cuanto más tiempo se pierda en el proceso de selección desde que se publica la oferta hasta que finalmente se incorpora el candidato, más recursos estará malgastando la organización. Es evidente que una buena marca empleadora agiliza los tiempos en un proceso de selección.
  3. Calidad de los candidatos. La marca de empleado hará el efecto llamada cuando se publica el proceso de selección, y cuántos más candidatos se presenten al proceso, mayores probabilidades de encontrar un candidato de calidad. Lamentablemente, muchas veces tenemos que dejar los procesos sin cubrir o quedarnos con el primero que pasaba por allí porque no hemos sido capaces de generar el suficiente efecto de llamada para cubrir esa vacante.
  4. Fidelización del talento. No sólo la marca empleadora o marca de empleado nos sirve para generar la reputación suficiente para que el talento externo quiera incorporarse a nuestra empresa, sino que a nivel interno también genera un sentimiento de orgullo de pertenencia, de fidelización del talento interno, que hará que la rotación de la plantilla sea menor, por el hecho de que haya menos personas que quieran abandonar la organización para ir a trabajar a la competencia. Esto supone al cabo del año de un importante ahorro en procesos de selección y disminución de costes derivados por la fuga del talento.

Conclusión

Vamos cerrando, que el tiempo es oro y no quiero que malgastéis el vuestro. Hemos hablado de employer branding, o marca de empleado, que no es otra cosa que generar un refuerzo positivo en nuestros empleados a través de buenas prácticas que hagan que trabajar en nuestra organización esté bien valorado por nuestros empleados; y conseguir que se conviertan en embajadores de nuestra marca, atrayendo así otros talentos a nuestra organización con el efecto llamada que esto genera.

Tenemos que ser capaces de construir un potente imán que atraiga a profesionales, y los elementos que tenemos para ello, son los propios trabajadores de la empresa. Hagamos que las personas de la organización se sientan orgullosas de trabajar donde trabajan, vean reconocidos sus esfuerzos, vean recompensados sus deseos de crecimiento y desarrollo en la propia organización con los correspondientes planes de formación y carrera, y se sientan importantes en sus respectivas posiciones para la consecución de los resultados de la organización.

Eso hará que seamos objeto de deseo de profesionales externos y acudan por cuenta propia respondiendo a este efecto llamada. Recibámosles por tanto con los brazos abiertos, no es tiempo de desperdiciar talentos.

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Post by Javier Claver

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